Es un período que precede al noviciado y sirve para introducir gradualmente a la joven en la vida religiosa. Un momento oportuno para crecer en el conocimiento de la Sagrada Escritura y los Sacramentos, la introducción en la historia de la Iglesia y la Congregación, en la espiritualidad y en el conocimiento de nuestro carisma y trabajo apostólico, el desarrollo de las virtudes humanas y cristianas, y una mayor tranquilidad en el camino discernido y acogido.
Dura 2 años