Madre Francisca Werner (1817 – 1885)
Nació el 3 de diciembre de 1817 en Nysa. Sus padres fueron Francisca Guteratz y Francisco Werner. Se crió en una familia profundamente religiosa. Junto con Matilde y Maria Luisa Merkert, asistió a la Escuela Católica en Nysa, donde recibió educación y sólida formación espiritual. Fascinada por la espiritualidad del pobre de Asís, se convierte en terciaria de San Francisco. En 1842, se incorporó al trabajo del cuidado de los enfermos, iniciado por Klara Wolff, convirtiéndose así en una de las cuatro cofundadores de las nuevas Hermanas Grises de Santa Isabel. En 1846, junto con Matilde Merkert, inició un ministerio entre pacientes con tifus en Prudnik, donde ambas Se contagiaron de esta enfermedad. Matilde muere pronto, mientras que Francisca regresa a Nysa para la convalecencia. Tres años después, obedeciendo la orden del Asesor de la Congregación, ingresa al noviciado de las Hermanas de la Misericordia de san Carlo Boromeo (boromeas) en Nysa para recibir formación religiosa. Sin embargo, como Klara Wolff, quiere permanecer fiel al carisma de cuidar de los enfermos en sus casas, por lo que abandona el noviciado de las Hermanas Boromeas. En 1857, se convirtió en superiora de la nueva casa religiosa de Wrocław, donde hizo sus primeros votos religiosos el 5 de mayo de 1860. En 1872, tras la muerte de María Luisa, Merkert fue elegida por unanimidad por las hermanas 2ª Superiora General. Estuvo en el cargo durante el período de la Kulturkampf, pero no le faltó el coraje para defender la Congregación durante los 12 años de este ministerio. Madre Francisca, que sufrió de enfermedad pulmonar toda su vida – gracias a sus talentos especiales, fe inquebrantable en Dios y compromiso desinteresado, contribuyó muy concretamente al desarrollo de la nueva comunidad religiosa. Durante la ceremonia fúnebre en Nysa el administrador de la parroquia, Padre Pietsch dijo que “Dios elige a las personas pequeñas y discretas del mundo para las grandes hazañas”. Falleció el 14 de diciembre de 1885 y fue enterrada en el “Cementerio de Jerusalén” en Nysa.