Nuestra Congregación fue fundada durante un período de desarrollo especial del culto al Sagrad Corazón de Jesús en la Iglesia. Las fundadoras estaban impregnados de su espíritu ya en el hogar familiar, especialmente la Madre Francisca. Ella, según la historia de la Congregación, trajó del hogar familiar un gran amor de Cristo que sufría de amor. La manifestación externa de esto fue el hecho de que al salir de la casa familiar se llevó consigo la imagen del Corazón de Jesús, que trajo a la comunidad emergente de las Hermanas Grises.  Delante de esta pintura el 27 de septiembre de 1842, después de la misa, se dedicaron a sí mismas y a sus actividades al Sagrado Corazón de Jesús. Lo hicieron en forma privada, con un acto especial de dedicación al Corazón Divino. „Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo…”

En esta oración han definido claramente su programa, motivación y razón para comenzar un trabajo conjunto.  Basado en el Sagrado Corazón de Jesús, moldearon su vida interior, su relación con Dios y las personas. Al contemplar su amor infinito, descubrieron en su corazón toda la riqueza de las virtudes: humildad, mansedumbre, gentileza, paciencia, simplicidad, que constantemente intentaron incorporar a sus vidas, recordando las palabras de Jesús: Aprende de mí porque soy manso y humilde de corazón (Mt 11,29).  El Sagrado Corazón de Jesús fue para ellas una fuente de amor humilde, sacrificado, creativo y disponible. En Él, buscaban refugio y defensa en su vida cotidiana, así como la fuerza interna para perseverar en el camino de la misión que Cristo les confió: realizar un servicio misericordioso a los más necesitados.

El profundo amor de nuestras Fundadoras por el Sagrado Corazón de Jesús es un precioso patrimonio para nosotras. Querían que todas las hermanas:

– descubrían este amor,

– vivían cada vez más a la disposición del Corazón de Dios.

– aprendían de Él,

– buscaban alegría en Él,

– se protegían en Él,

– permanecían  fiel a Él,

– encontraban  fuerza y  para luchar contra  el mal,

– expíaban a Él por los pecados y ofensas,

– soportaban por Él sufrimiento,

– confían en que, a pesar de todas sus dificultades y sacrificios, encontrarían descanso en Su Sagrado Corazón

– dedicaban a Él todos sus esfuerzos y acciones hasta entregar  sus vidas.